Casi un cuarto de siglo después de su triste muerte apenas dos semanas después de la de su madre, Lola Flores, su familia ha querido recordarle y hacer público su homenaje a través de las redes sociales.
Su hermana pequeña le recordaba a ritmo de Qué bonito, canción que le dedicó tras su muerte y que publicó en el álbum Mucho por vivir (1996). “Aquel día perdí a mi alma gemela. Salté, grité mucho, me dio un ataque de nervios. Yo creo que soltar tanta rabia me salvó. Me afectó aquello en todo. Hasta que comprendí que mi hermano era más del cielo que de la tierra” explicó a El Mundo.
Rosario Flores perdió ese día a su alma gemela, a su hermano y a la persona con la que mejor conectaba musicalmente hasta el punto de que Antonio compuso buena parte de sus primeras canciones.
Lolita también publicó en sus redes sociales unas palabras llenas de emotividad hacia su hermano: “Hace 24 años una espina se clavó en la cima de mi montaña y una nube se posó sobre mi tela de araña, sabe Dios lo que pasó y está escrito en mis entrañas, la zarpa que desgarró mi túnica de pasión, tú sabes cuál es mi dolor, por favor, dame calor, sus palabras no bastan, el dolor es aún mayor, te echo de menos y aquí, donde estoy, aún más: te quiero, hermano”.
Recordando la figura de Antonio Flores
Antonio Flores (Madrid, 1961-1995) rompió con la tradición familiar rumbera y aflamencada para desarrollar un estilo propio con un pie en el pop-rock y otro en la canción de autor, sin olvidar su gusto por el blues ni el influjo de su sangre gitana.
En década y media de carrera, Antonio no sólo compone para su hermana la mayoría de las canciones con las que conquista el éxito a comienzos de los 90 sino que en sus distintos discos de estudio publica canciones cuyo reconocimiento popular le llegaría de manera póstuma.
No dudaría, Siete vidas, Cuerpo de mujer, Alba, Gran Vía, Arriba los corazones… son sólo algunos de los ejemplos de composiciones cuya popularidad se disparó tras su trágica pérdida.
Su debut musical se produjo en 1980 con Antonio, un disco en el que incluía una versión rockera de Pongamos que hablo de Madrid de Joaquín Sabina.
Simultaneando su vocación musical con su faceta de actor tardaría cuatro años en lanzar su segundo disco, Al caer el sol (1984), y otros cuatro en lanzar el tercero, Gran Vía (1988).
Las discretas ventas le hicieron alejarse del micrófono y centrarse en la composición donde cosecharía sus mayores éxitos junto a Rosario en los discos De ley (1992) y Siento (1994).
Antonio Flores firma éxitos de la música en castellano como Mi gato, Sabor sabor o Estoy aquí.
Su buen momento compositivo continuó con Cosas mías, su último trabajo en vida, que incluyó Alba (dedicada a su hija), Siete vidas o Cuerpo de mujer. 24 años después su familia musical sigue recordándole. – Fuente>> https://los40.com/los40/2019/05/31/los40classic/1559295374_904322.html
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